La producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) supone, aproximadamente, un cuarto del total de energía de un hogar, solo por detrás del gasto en calefacción.
Para comenzar, debemos entender el ACS como el agua que utilizamos en procesos sanitarios como duchas o baños y en procesos de limpieza como la lavadora o el lavavajillas, es decir, procesos básicos.
Es por ello, que las demandas mínimas de ACS vienen determinadas en el Código Técnico de la Edificación (CTE) y deben ser cumplidas. El valor estipulado en este documento es el de 28L/día por persona a una temperatura de referencia de 60ºC.
Una vez determinado esto, vamos a comentar la tipología de este tipo de instalaciones. Podemos diferenciar de dos maneras distintas:
Por un lado, distinguiremos los sistemas centralizados de los no centralizados.
Los sistemas centralizados son aquellos que, mediante una caldera principal, generan la energía necesaria tanto para la calefacción como para la producción de ACS. Una parte de dicha energía producida es cedida al sistema auxiliar de ACS.
Los sistemas no centralizados por su parte, permiten realizar una separación entre la calefacción y la producción de ACS. Suelen ser acumuladores que funcionan de forma independiente y puede ser calentados mediante el uso de gas, electricidad o #energíasrenovables.
Por otro lado, podemos realizar una clasificación de sistemas según su forma de trabajo, diferenciando sistemas instantáneos y sistemas de acumulación.
Los sistemas de producción instantánea funcionan bajo demanda, calentando el agua según es solicitada. Este método presenta dos grandes inconvenientes:
El primero, el desperdicio de agua que se produce previamente a que salga caliente.
El segundo, el incremento de #consumoenergético ya que mediante estas instalaciones solo se podrá suministrar agua caliente a uno o dos puntos que lo soliciten, ajustando además el caudal entre ellos.
Los sistemas instantáneos por tanto deben disponer de la potencia suficiente para calentar todo el caudal solicitado de forma inmediata, lo que para instalaciones grandes supone una gran potencia.
Los sistemas de acumulación por su parte mantienen una cantidad de agua calentada a la temperatura necesaria y disponible para cuando se solicite. Este sistema es más utilizado en instalaciones centralizadas y es mucho más eficiente energéticamente que los sistemas de producción instantánea. Permiten abastecer a muchos puntos que soliciten ACS a la vez, como puede suceder en hoteles, hospitales o gimnasios, donde la cantidad de ACS consumida es muy alta, sin necesidad de una potencia excesivamente elevada.
En edificios de nueva construcción, se solicita el cumplimiento del DB HE4 del CTE, donde se exige al menos un 60% de contribución de energías renovables en la producción de ACS de la vivienda.
Por ello, en la actualidad, la producción mediante sistemas eléctricos como la aerotermia o geotermia, así como la producción con energía solar, son cada vez más utilizados, en detrimento de la producción mediante gas.
Además, una correcta combinación de sistemas de aerotermia con instalación fotovoltaica para producción de ACS, utilizando un sistema de acumulación, puede suponer un calentamiento de ACS prácticamente gratuito en las horas de mayor producción solar o a lo largo de las estaciones de primavera o verano, principalmente.
Desde Tecnnia, podemos asesorarte en tu instalación de producción de ACS, ya sea a nivel particular o para ahorrar en tu comunidad.
No dudes en contactarnos, estaremos encantados de ayudar.
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